
Con que edad se consigue más dinero en la venta de una correduría
La Edad del Vendedor: Un Factor Clave en el Precio de Venta de una Correduría
La edad del vendedor es un factor crucial que a menudo pasa desapercibido en la venta de corredurías de seguros. José Antonio Vargas, CEO de Acrisure-Summa, explica que la edad del propietario puede tener un impacto significativo en el precio de venta de su negocio.
Con qué edad se consigue más dinero en la venta de una correduría
En el mundo de las corredurías de seguros, el concepto de EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se ha vuelto común en las conversaciones sobre el valor de un negocio. Sin embargo, este concepto es solo un resumen de muchas variables que afectan la venta, como el crecimiento pasado, el potencial de crecimiento futuro, el plan de sucesión, la organización y las ventajas competitivas.
Uno de los factores menos discutidos pero importantes es la edad del vendedor. Si un propietario planea vender su negocio, es esencial considerar el momento adecuado para hacerlo. Los estudios muestran que el precio medio de una correduría está ligado a la edad del propietario en el momento de la venta.
Los compradores buscan minimizar el riesgo asociado con la evolución del negocio. Prefieren que el vendedor se comprometa a continuar en el negocio durante un periodo de tiempo y que este crezca, lo cual aumenta el precio de venta. Por otro lado, los vendedores que esperan hasta el último momento para vender pueden perder una cantidad significativa de dinero.
Es común encontrar estudios que indican que los vendedores mayores de 65 años reciben menos dinero que aquellos que venden cuando tienen alrededor de 55 años. La razón es que a los 55 años todavía hay tiempo para aprovechar el crecimiento del negocio y obtener un mejor precio total. Con más años, el tiempo para aprovechar dicho crecimiento es menor, y los compradores son más cautelosos.
En resumen, vender una correduría a los 55 años permite más tiempo para consolidar el negocio, hacerlo crecer y obtener un mejor precio total. Este dilema resalta la importancia de pensar estratégicamente sobre el momento de la venta, en lugar de actuar impulsivamente en respuesta a las circunstancias del momento.